Cara en... Camino de Tromso.
Me encantaba pegar mi mirada al paisaje en el que descubría la belleza natural y las juguetonas nubes que me acompañaron por toda Laponia. En este recorrido de camino a Tromso, eran especiales. Al cabo de un rato, ellas llevaron la ternura a mi corazón. Parecían dos enamorados cómplices.